En un contexto global en el que la crisis climática, las catástrofes naturales y las desigualdades sociales exigen respuestas urgentes, Natura Argentina refuerza su modelo de negocio basado en la sustentabilidad.
Así lo afirma Lucila Barttolozi, gerenta de marketing de la compañía, quien sostiene que “la razón de ser de Natura es promover relaciones armoniosas de las personas consigo mismas, con otras personas y con el mundo que las rodea”.
Este enfoque integral no es nuevo para Natura: forma de su ADN desde su fundación, hace más de cinco décadas. “Desde cómo obtenemos un ingrediente hasta cómo comunicamos nuestro último lanzamiento de producto, nuestro compromiso con la prosperidad de la sociobiodiversidad está presente en las decisiones que tomamos”, explica Barttolozi.
En Argentina, donde la marca opera desde hace 31 años, esta filosofía se traduce en acciones concretas que han consolidado su liderazgo en el rubro. Según Euromonitor, Natura fue reconocida por segundo año consecutivo como la marca número uno en belleza y cuidado personal tanto en el país como en América Latina.
De la sustentabilidad a la regeneración
Más que una estrategia de marketing, la sustentabilidad está en el centro del modelo de negocio de Natura. “Hoy, más que nunca, creemos que debemos atender lo que ya fue degradado por la acción humana. Esto significa evolucionar en nuestra propia estrategia, yendo más allá de la sustentabilidad, hacia la regeneración, tanto social como ambiental”, enfatiza la ejecutiva. Natura apuesta por un modelo regenerativo que une los objetivos del negocio con el bienestar colectivo.
Un ejemplo concreto de este enfoque es el proyecto de producción nacional de envases reciclados para su línea Tododia, en alianza con CEMPRE, Reciclar, Plastimec y organizaciones de recuperadores urbanos. “Logramos recuperar 290 toneladas de PET en el país y producir cerca de 2 millones de unidades con un proceso 100% local, siendo que anteriormente provenía de Brasil”, detalla Barttolozi.
Consumidores como aliados del cambio
Natura no trabaja sola en este camino: involucra activamente a sus consumidores en su causa. “Apalancamos cada uno de nuestros productos como un vehículo de los compromisos que necesitamos hacer extensivos a los consumidores: por una belleza diversa y libre de estereotipos, por el cuidado de los océanos, por la selva en pie, por un consumo más consciente y por la preservación de la Amazonía”, explica.
La marca se esfuerza por construir un vínculo basado en la escucha activa y la transparencia, entendiendo que los consumidores actuales son más exigentes, están mejor informados y valoran las marcas que se alinean con sus causas. “Las personas tienen el poder de tener un consumo más racional y de tomar decisiones de compra más amigables con el planeta”, subraya.
Datos, emociones y coherencia
Uno de los grandes desafíos, según Barttolozi, es mantenerse fiel a estos valores en cada acción y decisión, en un contexto cambiante y exigente. “No tenemos todas las respuestas y necesitamos cocrear con otros, sumar la mirada de los consumidores y conversar con el contexto”, reconoce. Para lograrlo, Natura se apoya en el análisis de datos para entender los momentos, necesidades y emociones que atraviesan sus públicos. Pero también, en la intuición y en la conexión emocional con quienes eligen la marca.
“Las personas buscan conectar con lo que consumen, vivir experiencias que les generen bienestar y les evoquen emociones profundas”, explica Barttolozi. Por eso, Natura busca combinar innovación, propósito y sensibilidad cultural para mantenerse relevante, sin perder la coherencia que ha definido su trayectoria.
El rol de las marcas en un futuro sostenible
De cara al futuro, Barttolozi considera que las marcas deben tener un rol activo en la regeneración del planeta y de las sociedades. “Sin planeta, sin sociedades prósperas, no hay negocios”, afirma con contundencia la ejecutiva. En este contexto, la comunicación y el marketing se vuelven herramientas clave para amplificar causas y generar impacto.
“Hoy el planeta necesita marcas con propósito, que impulsen agendas regenerativas, de transformación real. Impulsar esfuerzos colectivos y ser consistentes con lo que decimos no solo es necesario para mantenernos relevantes, sino también para garantizar nuestro futuro”, concluye Barttolozi.