McCormick México eleva el marketing experiencial a un nuevo nivel con la apertura de su primera Casa de los Sustos, una activación inmersiva que combina humor, entretenimiento y sabor para conectar emocionalmente con los consumidores.
Bajo la premisa de “el terror más sabroso”, la marca logra transformar una simple anécdota —quedarse sin mayonesa en medio de la noche— en una experiencia multisensorial que refuerza su identidad y afinidad cultural.
Protagonizada por Tito El Elotito, el carismático personaje de mayonesa McCormick, la historia coloca a los visitantes en el centro de su pesadilla: descubrir que su mayonesa ha desaparecido. A partir de ahí, los asistentes recorren un universo surrealista que cobra vida a través de escenografías, luces, aromas y sonidos, convirtiéndose en participantes activos de un storytelling de marca.
En un mercado donde la atención del consumidor es cada vez más efímera, McCormick apuesta por una estrategia de marketing experiencial que genera recordación y engagement a través de la emoción y la sorpresa. La Casa de los Sustos no solo busca entretener, sino construir una relación más profunda con el público, invitándolo a vivir de primera mano la esencia divertida y cercana de la marca.
“Con esta experiencia, llevamos el amor por la mayonesa McCormick al terreno de lo vivencial. Queremos que la gente no solo la consuma, sino que la sienta parte de su día a día, incluso en los momentos más inesperados”, señaló un vocero de la marca.
Un recorrido que combina branding y diversión
La experiencia se despliega en distintos escenarios diseñados para estimular los sentidos y mantener la narrativa viva:
- Sala de Espera: el prólogo audiovisual que introduce la pesadilla.
- Costillar de un Pollo y Laboratorio de Dexter: espacios donde el humor y el terror se mezclan con referencias pop y gastronómicas.
- Laberinto de Aderezos Radioactivos y Despensa de Sensaciones: áreas interactivas donde los visitantes deben resolver misiones y liberar a Tito del villano Jitomatón.
- Cocina Congelador Maldito y El Trono de Jitomatón: el clímax de la historia, donde los sabores y el suspenso se encuentran.
Además, los asistentes pueden elegir entre dos niveles de intensidad —“Terror del que no pica” o “Terror del que pica”—, una decisión que refuerza la personalización de la experiencia y permite a la marca conectar con distintos perfiles de consumidor.
Con la Casa de los Sustos, McCormick demuestra cómo una marca icónica puede mantenerse culturalmente relevante al combinar entretenimiento, identidad y participación. La activación refuerza su posicionamiento no solo como líder en el segmento de aderezos, sino como una marca que entiende y celebra el humor y las tradiciones mexicanas.
El registro para vivir esta experiencia única está disponible en www.pesadillamccormick.com, donde los usuarios pueden obtener un QR Code que les da acceso a la aventura culinaria más escalofriante del año.
Con esta campaña, McCormick transforma el acto cotidiano de abrir el refrigerador en una historia memorable, reafirmando que la conexión emocional —más que el producto en sí— es el ingrediente secreto del marketing moderno.