Diego Lis, CTO de Seenka Media Data, comparte sus reflexiones sobre la forma en la que ChatGPT se ha convertido en un aliado para los equipos de trabajo.
¿Cómo estimar el valor que una persona puede aportar a una organización? En un mundo cada vez más cambiante y competitivo, esta pregunta cobra una dimensión especial. Y la respuesta es tan importante como escurridiza. Diego Lis, CTO de Seenka Media Data, constantemente está haciendo malabares con categorizaciones que, a menudo, resultan más subjetivas de lo que parecen. Si hablamos de juniors, semi-seniors y seniors, ¿dónde se traza la línea entre cada uno?
Desde su perspectiva, un junior debe ser alguien competente en el puesto que se le asigne. Debe tener las skills duras y blandas necesarias para poder ejecutar tareas de cierta complejidad, aunque siempre bajo la supervisión de alguien con más experiencia. Si no fuera competente, ya no estaríamos hablando de un junior sino de un trainee o entry level. Por otro lado, cuando ya no requiere supervisión, estaríamos frente a un semi-senior o senior. Tener claros estos criterios ayuda a seleccionar nuevos miembros del equipo, entender cuándo un junior está listo para subir de nivel, y a definir roles y responsabilidades para cada uno. Pero ¿qué sucede cuando la tecnología se involucra en la ecuación?, se pregunta Diego.
La IA como integrante del equipo
En los últimos años, diversas innovaciones tecnológicas nos han ilusionado con entrar en una nueva revolución industrial. Internet de las cosas, computación cuántica, realidad virtual, blockchain, etc. Pero invariablemente nos terminan decepcionando y nos quedamos con las manos poco menos que vacías. Sin embargo, la IA es un caso diferente. Con una velocidad vertiginosa, el poder de la IA está cada vez más accesible para todas las personas. ChatGPT es un perfecto ejemplo de esto.
Diego nos cuenta una experiencia personal: “El otro día estaba trabajando con un archivo CSV enorme y necesitaba encontrar las 5 líneas más largas del archivo. En vez de gastar un tiempo valioso buscando cuáles eran los comandos, los parámetros adecuados, hacer varias pruebas y validar, simplemente le pregunté a ChatGPT qué es lo que quería hacer y me lo respondió al instante”.
Literalmente es como tener un asistente personal que puede ayudarnos ¡en todo momento!
Pero esto no queda allí. La IA escribe, por ejemplo, funciones de código completas si se las especifico bien. ¿Es capaz de realizar tareas complejas? Sí. ¿Puedo confiar en la calidad del código resultante? Pues no. Tengo que revisarlo, controlarlo, probarlo. Tal cual como lo debo hacer con el código que escribe un junior.
Por otro lado, programar no es, como muchos creen, escribir código. Esta es una de las tareas, pero no la única. Ni siquiera es la que más tiempo lleva. Por lo general, un programador pasa entre el 50% y el 90% leyendo código, no escribiendo.
En Seenka más de una vez recurrimos a la IA para que revise nuestro trabajo, busque errores, proponga mejoras, etc. Al final, depende de nosotros decidir cuáles de esas modificaciones incorporamos en nuestro código.
Pasando a generación automática de imágenes, hemos probado leonardo.ai, cuyos resultados han sido sorprendentes.
¿Puede esta IA realizar tareas complejas de manera instantánea? Sí. ¿Podemos confiar ciegamente en los resultados? La respuesta es negativa.
Al final del día, estas herramientas son excepcionales, aportando valor y rapidez a nuestra labor. Sin embargo, no dejan de ser juniors que requieren la supervisión de profesionales humanos. Su output aún no puede igualar al de un semi-senior o senior, quienes sí pueden resolver problemas con total autonomía.
Algo importante que plantea el CTO de Seenka: tal vez estés pensando “Pero Diego, este junior sólo tiene cerebro, pero no manos ni pies.” Y estarías en lo cierto. Sin embargo, se están empezando a desarrollar extremidades virtuales para estos cerebros. Un caso notable son los plugins de ChatGPT, que están disponibles en la versión paga por USD 20 al mes. Con estos plugins puedes permitir que ChatGPT se conecte con plataformas de videos, planillas, aplicaciones de viajes, portales de noticias, etc.
Actualmente estos plugins permiten la interacción en el mundo digital, pero ¿quién sabe hasta dónde se podrán extender en el futuro?
Una conclusión personal de Diego Lis: “Ahí lo tienen: contraté a un junior por USD 20. Y, aunque todavía no se pueda hacer cargo de la oficina mientras tomo unas vacaciones, sí me brinda una mano (virtual) cuando la necesito”. ¿Y tú qué piensas? ¿Algún día este junior podrá ascender y convertirse en un miembro senior de nuestros equipos?