En los últimos años, la clásica marca introdujo novedades y lanzó su primera leche chocolatada lista para tomar.
Nesquik, una de las marcas más populares de Nestlé, llegó a la Argentina en la década del 60. El polvo chocolatado se convirtió rápidamente en el complemento ideal para el desayuno de los chicos y en el mejor aliado de los padres, colaborando en la tarea de brindar a sus hijos una alimentación equilibrada. Rápidamente la marca fue posicionándose en la categoría y supo ganarse el corazón de todos los argentinos, convirtiéndose en la bebida favorita para disfrutar en cualquier momento del día.
Nesquik desarrolló e incorporó Opti-Start: una combinación exclusiva de vitaminas y minerales que complementa lo bueno de la leche con el irresistible sabor a chocolate. Luego, la tradicional marca infantil amplió su familia de productos sumando una nueva variedad: Nesquik menos azúcar y más cacao, con un sabor más intenso, como una alternativa para ayudar a alcanzar los beneficios de un rico desayuno, contemplando los diferentes hábitos y necesidades de los niños. A su vez, Nesquik fue ampliando su línea a otras categorías como cereales, obleas bañadas y helado.
En los últimos años, Nesquik, como marca líder y pionera en innovación en su categoría, lanzó su primera leche chocolatada lista para tomar, como una opción práctica e ideal para llevar al colegio y recargar energías fuera de casa. “Desde Nesquik estamos comprometidos con la nutrición de los chicos desde hace 60 años y continuamos con nuestro propósito de estar junto a los padres, ayudándolos a alentar a sus hijos a tomar leche”, agrega Natalia Silva, directora del negocio de lácteos y bebidas de Nestlé Argentina.
Toda la línea de Nesquik listo para tomar es producida y envasada en planta Villa Nueva, Córdoba, y toda la línea de polvo chocolatado se produce en la planta Magdalena, ubicada en la Provincia de Buenos Aires.
Nesquik se ha convertido en un sabor que es referencia para muchas generaciones, acompañando a niños y niñas en los momentos más importantes de sus vidas: los desayunos en familia, los recreos en la escuela, las meriendas con abuelos y las tardes de juegos con amigos. La icónica marca del conejo cumple 60 años transformando cada día en diversión, con el firme objetivo de que todos se merecen una infancia saludable y divertida para crecer de manera feliz.