Ese es el valor potencial que el grupo Citi considera que podría valer el Metaverso para el año 2030.
Concretamente especulan con una horquilla que se mueve entre los ocho y los trece billones de dólares, un valor entre ocho y trece veces superior al de las criptomonedas en estos momentos, y mayor que el PIB de países como Francia, Alemania, Italia y España juntos, al menos en límite superior, lo que supone un nicho de mercado descomunal, todavía por explotar y por el que luchan algunas de las empresas tecnológicas más grandes del planeta.
La carrera por dominar el Metaverso
Alphabet (matriz del archiconocido y omnipresente buscador Google), Meta (conglomerado antes conocido como Facebook, Inc y que reúne no sólo la popular red social creada por Zuckerberg, sino también a Whatsapp), Microsoft (dominadora del mercado de software durante los años noventa y en gran medida durante lo que llevamos de siglo XXI), Apple, Nvidia o Qualcomm (importante fabricante de chips) son algunas de las compañías que se encuentran inmersas en una carrera por desarrollar e implementar las tecnologías necesarias para conseguir una posición de dominio en el Metaverso, algo que no tiene que ser siempre una competición, ya que también se pueden beneficiar las unas del éxito de las otras, generando una sinergia positiva que repercutiría favorablemente en la buena marcha de la cotización de sus acciones, cotización que no sólo afecta a los accionistas de cada una de estas compañías, ya que también es un instrumento recurrente en el trading online, forma de invertir que por otra parte requiere de una especial conciencia del riesgo que implica operar con apalancamiento.
La llegada e implementación efectiva del Metaverso podría tener el potencial de convertir a estas empresas en algunas de las multinacionales más poderosas del planeta, como lo es ahora mismo Apple, una empresa que a principios del 2022 se convirtió en la primera compañía en valer más de tres billones de dólares, más que una buena cantidad de países europeos como España, Portugal y Grecia juntas, y que cuenta con cerca de 154.000 empleados, según datos del 2021.
Tecnologías para hacer real un universo de ficción
Inteligencia Artificial, realidad aumentada, realidad virtual, cadenas de bloques… la cantidad de nuevas tecnologías que se encuentran en estos momentos en desarrollo con el fin de ir implementando el Metaverso es muy variada, y prometen un cambio radical en la sociedad a la hora de relacionarse, divertirse, invertir e incluso aprender, por lo que en unas décadas muchas de nuestras sociedades podrían llegar a ser prácticamente irreconocibles a los ojos de un habitante de la segunda década el siglo XXI.
La Inteligencia Artificial se va a convertir en uno de los descubrimientos más evocadores y a la vez escalofriantes desarrollados por el ser humano, al fin y al cabo compartir nuestro pequeño planeta e ir de la mano con una inteligencia artificial en la aventura de explorar el Universo y la creación del Metaverso podría ser un punto de inflexión en nuestra evolución, aunque no está nada claro qué dirección tomará esta.
Una de las tecnologías más interesantes de las que van a facilitar la implementación del Metaverso es el de la realidad aumentada, ya sea mediante unas gafas o lentillas que proyecten para cada usuario una serie de elementos virtuales sobre la realidad, de forma que puedan verse las propiedades nutricionales de un producto del supermercado, flechas que nos indiquen el camino a seguir directamente en el suelo, o quizás que proyecte el nombre y la fecha de cumpleaños sobre la cabeza de un conocido, de forma que nadie se encuentre en la incómoda situación de olvidar un nombre o una fecha que debía ser recordada.
Además, la cadena de bloques y “el internet de las cosas”, junto con las nuevas redes 5G, serán fundamentales a la hora de posibilitar la llegada del Metaverso, junto a los sistemas de realidad virtual, que en este momento son gafas que sirven fundamentalmente para jugar, pero que a no mucho tardar podrían convertirse en elemento fundamental para trabajar, o, junto con tecnologías que aún están por desarrollar o a lo sumo en fases de desarrollo muy tempranas, para disfrutar de experiencias como vacaciones exóticas, nadar entre tiburones… todo ello simulando las sensaciones desde la seguridad del hogar.