Entre los meses de octubre y diciembre, el International Business Report de Grant Thornton entrevistó a 77 líderes de empresas medianas argentinas para investigar acerca de la salud mental de sus empleados dentro de las compañías.
En la actualidad, los empleados se han visto obligados a modificar su concepción hacia el fenómeno del home office. Lo que hasta hace un tiempo funcionaba como un beneficio corporativo, hoy en día se ha convertido en realidad; de hecho, previo al aislamiento preventivo obligatorio, casi la mitad (46%) de las empresas medianas argentinas no ofrecían home office como beneficio, un 13% lo ofrecía a todos sus empleados, un 29% lo ofrecía para ciertas áreas, y otro 13% para algunas posiciones jerárquicas. Un cambio de rutina que algunos recibieron con incertidumbre y otros con entusiasmo y aceptación.
Aún así, el hecho de trabajar y vivir en el mismo espacio físico puede atraer síntomas de estrés, ansiedad y demás inconvenientes relacionados a la salud mental. Es por eso que las empresas deben gestionar estas situaciones para acompañar al personal y asistirlo. No obstante, no todos los líderes coinciden en que pueden recurrir a alguien o bien pedir ayuda. Al momento de la investigación, el 84% de los encuestados afirmó que sí, mientras que el 16% restante opinó lo contrario.
Frente a esta realidad, Mariana Amores, Gerente de RRHH de Grant Thornton Argentina, comenta: “el ‘Home office’ que venimos haciendo hace ya 9 meses, no es el tradicional, es más un “Office Home”. Toda nuestra realidad se juega en el mismo espacio: nuestro hogar. Familias con hijos, sin hijos, con adultos mayores a cargo y personas solas, se han encontrado de un día para otro pasando veinticuatro horas juntos, con exigencias múltiples e inmersos en un contexto de incertidumbre total. Con este escenario en primer plano, el estrés es uno de los tantos síntomas que esta pandemia está dejando. Sentimientos de angustia, soledad, miedo, frustración, trastornos del sueño, han aflorado con mucho más ímpetu que en cualquier otra época. Y las organizaciones no son ajenas a esta situación”.
Los empleados debieron reorganizar sus horarios para poder cumplir con sus obligaciones laborales y, al mismo tiempo, ser tutores escolares de sus hijos. A veces con un mismo dispositivo electrónico, las reuniones virtuales coexisten con las clases de los niños, a las cuales se le suman las tareas domésticas y la falta del espacio de momentos de recreación y socialización, tan necesarios para mantener una vida psíquica saludable.
“Todo esto ha llevado a que las compañías den importancia al cuidado de la salud mental de sus empleados y hayan ofrecido asistencia psicológica, ya sea a través de las prepagas y/o sumando algún servicio adicional, que incluya la contención psicológica del colaborador y en algunos casos, también del grupo familiar conviviente, como lo hemos hecho en Grant Thornton Argentina”.
En este contexto, del total de los líderes el 62% cree que su compañía asiste a todos sus empleados en el manejo del estrés, ya sea a través de programas de asistencia o bien grupos de ayuda. Por otro lado, un 13% también cree que existe el acompañamiento, aunque únicamente para ciertas áreas, mientras que un 2% y 22% opina que existe para determinadas posiciones jerárquicas o bien que la compañía no ofrece ninguna asistencia, respectivamente.
Asimismo, resulta imprescindible saber a qué sector o bien a quién acudir en tales casos. De esta forma, del total de los encuestados, casi la totalidad (83%) se inclinó por estar muy de acuerdo o simplemente de acuerdo frente al conocimiento del espacio o la persona a quien plantearle las preocupaciones del bienestar propio o de un colega, mientras que un 4% se encontró en desacuerdo o muy desacuerdo y finalmente un 13% se mostró neutro.
De este modo, también debemos tomar consciencia de la dimensión del problema, para lo cual se les preguntó a los líderes si reconocían cuando un compañero sufre de estrés, ansiedad o algún otro conflicto de salud mental. La gran mayoría estuvo de acuerdo o muy de acuerdo (79%) en que sí eran capaces de identificarlo, un 13% estuvo en desacuerdo o muy en desacuerdo y un 8% se mostró neutro. Sin embargo, debemos considerar que hoy en día, al estar distanciados físicamente, el acompañamiento entre compañeros se vuelve más difícil y desafiante. Si bien las reuniones virtuales son de gran utilidad para organizar el flujo de trabajo, muchas veces no bastan para identificar episodios de estrés o ansiedad en la otra persona.
“Es por esto que la flexibilidad y la comunicación son factores fundamentales en la organización del trabajo en este contexto. Las compañías deben conocer las situaciones personales de sus colaboradores. A veces una baja de rendimiento o determinadas ausencias en colaboradores que “siempre cumplían” pueden ser indicadores de que hay algo de la salud psíquica que se está expresando. La interpretación de estas alertas por parte de los líderes y hasta de sus propios pares, será posible en la medida en que haya una comunicación fluida y constante, y esto no sólo es a través de las reuniones virtuales a las que ya todos estamos habituados, y hasta cansados. Estar cerca significa ofrecer un espacio de confianza y contención para que las personas puedan expresar lo que les está pasando y llegado el caso, solicitar asistencia profesional”, opina Amores.
Ahora bien, como mencionamos anteriormente, es necesario destacar que en el transcurso del año la mayoría de los empleados han tenido que adaptarse a la nueva modalidad de teletrabajo. El hecho de no poder relacionarse con los compañeros personalmente, sumado al tiempo invertido trabajando desde sus hogares, pudieron haber sido factores determinantes para la salud. Sin embargo, los resultados arrojados han demostrado lo contrario, con un 70% muy satisfecho o satisfecho en cuanto a su bienestar físico y mental, frente a un 14% insatisfecho o muy insatisfecho y un 16% neutro.
En conclusión, es fundamental implementar una cultura organizacional de apoyo que ayude a hacer los problemas visibles y a comprenderlos mejor en todos los niveles de la compañía. La salud mental no distingue entre niveles de jerarquía, y funciona como eje principal para mantener el rendimiento del personal. Una organización que exprese valores de confianza, aceptación y comprensión, hará una diferencia positiva asistiendo a los empleados a sobrellevar tiempos estresantes.