En entrevista exclusiva con INSIDER, el presidente ejecutivo de S4 Capital, Sir Martin Sorrell, analiza las razones que llevaron a Omnicom a comprar IPG, la posición de los otros holdings y cómo este movimiento reconfigura una industria publicitaria en la que los anunciantes destinan cada vez más inversión a grandes plataformas tecnológicas como Google, Meta, Amazon o TikTok.
Sir Martin Sorrell es una de las voces más autorizadas para analizar el presente y el futuro de la industria publicitaria global. Fundador y ex CEO de WPP, el holding que durante años lideró el ranking mundial de agencias, y actual presidente ejecutivo de S4 Capital, Sorrell combina una comprensión profunda del negocio tradicional con una apuesta clara por lo digital. Desde ese lugar, su lectura sobre la compra de IPG por parte de Omnicom va más allá de la coyuntura y se convierte en un diagnóstico estructural del sector.
A su modo de ver, la fusión responde a una lógica estratégica limitada. El principal objetivo es reforzar la exposición al mercado estadounidense, que seguirá siendo clave en términos de inversión publicitaria. “Lo único que hace estratégicamente es concentrar más el negocio en Estados Unidos”, sostiene. Antes incluso del anuncio, la empresa combinada ya proyectaba que cerca del 60% de sus ingresos provendrían de ese país, un dato que explica buena parte de las razones detrás de la operación.
Sin embargo, más allá de esa concentración geográfica, Sorrell no ve un valor diferencial significativo. Desde su perspectiva, la compra no fortalece de manera sustancial las capacidades que hoy definen el crecimiento del negocio. “No veo que ayude significativamente desde el punto de vista de los datos o de los medios digitales”, afirma, y agrega que IPG no aporta ventajas claras en tecnología, data o inteligencia artificial. En ese sentido, la fusión suma escala, pero una escala que resulta relevante principalmente para el negocio tradicional.
El fin del mercado publicitario único
Ese punto es central en su análisis. Para Sorrell, la industria publicitaria ya no puede pensarse como un único mercado. Existe un segmento cercano a los 300 mil millones de dólares, vinculado a la televisión abierta y a modelos creativos tradicionales, que se encuentra en declive. En paralelo, un ecosistema digital de más de 700 mil millones concentra prácticamente todo el crecimiento. “Están ganando volumen en la parte del mercado que está disminuyendo, no en la que está creciendo”, resume sobre la lógica que, a su entender, explica la fusión entre Omnicom e IPG.
Desde esa óptica, la fusión Omnicom–IPG responde principalmente a una estrategia defensiva. Reducción de capacidad, eliminación de duplicaciones y recorte de costos aparecen como los verdaderos motores del acuerdo. Sorrell subraya que la evolución de la plantilla es reveladora: de 127.500 empleados antes del anuncio a alrededor de 104.000 tras las desinversiones. Para él, esto refleja una “rendición” de IPG y una oportunidad para Omnicom de consolidarse como el actor dominante en un mercado que ya no crece. “Esto es simplemente reducción de capacidad en un mercado en declive”, señala.
El panorama se vuelve aún más desafiante cuando se incorpora el rol de las grandes plataformas tecnológicas. Google, Meta, Amazon y TikTok concentran cerca de la mitad del mercado publicitario total y alrededor del 70% del mercado digital. “Ahí es donde está el crecimiento”, enfatiza Sorrell. A ese grupo se suman Alibaba, Tencent y ByteDance, además de gigantes como Apple y Microsoft, que refuerzan su posición a partir de inversiones masivas en inteligencia artificial, datos e infraestructura.
Frente a ese dominio, los holdings publicitarios tradicionales compiten en desventaja. Dentro de ese grupo, Publicis emerge como el jugador mejor posicionado. Sorrell reconoce que su relato en torno a datos y digital ha sido más consistente y creíble que el de sus pares. “Han estado creciendo un 4% o 5% mientras otros grupos se mantuvieron estables o a la baja”, explica, señalando que esa narrativa les permitió ganar participación de mercado.
El panorama es más complejo para WPP. El grupo enfrenta una fuerte caída en su valuación bursátil y un nivel de endeudamiento elevado, lo que limita su margen de maniobra. Según explicó, el mercado ya refleja esa fragilidad estructural. “Hoy hay una enorme diferencia de valor entre los dos líderes y el resto”, afirma, al describir un escenario que se acerca a un duopolio dominado por Publicis y Omnicom.

Marcas icónicas en extinción
En paralelo, Sorrell pone el foco en los movimientos de los medios tradicionales. La incursión de Netflix en la publicidad le resulta interesante, aunque advierte sobre los riesgos de mezclar “lo nuevo con lo viejo”, recordando fracasos históricos como AOL Time Warner. Aun así, no subestima su liderazgo, destacando su capacidad para cambiar de rumbo cuando el contexto lo exige.
Respecto a la desaparición de marcas icónicas de agencias, su mirada es crítica. Considera que la forma en que WPP diluyó nombres históricos como JWT o Y&R fue un error estratégico. “Estamos en el negocio de construir marcas, y los clientes no entienden por qué las destruimos tan fácilmente”, afirma. En contraste, valora los procesos más graduales de Publicis y, en una primera etapa, de Omnicom.
En este nuevo tablero, S4 Capital ocupa un lugar distinto. La compañía fundada por Sorrell tras su salida de WPP está enfocada casi exclusivamente en lo digital, la tecnología y las plataformas, lo que la posiciona en el segmento de mayor crecimiento del mercado. Sin embargo, incluso este modelo enfrenta desafíos. Sorrell advierte que las grandes tecnológicas, aunque incrementan sus ingresos publicitarios, priorizan cada vez más el gasto en capital (especialmente en inteligencia artificial) por sobre el marketing tradicional.
La adopción masiva de la IA
Mirando hacia adelante, Sorrell identifica dos fuerzas que definirán el futuro de la industria: la adopción real y masiva de la inteligencia artificial y la creciente presión competitiva global, especialmente desde Asia. “La IA va a definir si esta industria gana o pierde relevancia”, advierte, en un contexto de alta incertidumbre económica y transformación constante.
Para Sorrell, el mensaje final es claro: la publicidad no está desapareciendo, pero sí cambiando de forma radical. En ese nuevo escenario, la escala por sí sola ya no garantiza éxito. La verdadera ventaja competitiva estará en la capacidad de integrar tecnología, datos y creatividad en un mercado cada vez más dominado por las plataformas.
