En esta columna, Maximiliano Sastre, Director Comercial de Clarín, analiza cómo la innovación en datos e inteligencia artificial impulsa la calidad publicitaria y fortalece su liderazgo en un mercado competitivo.
El 2024 ha sido un año de transformación y aprendizaje para todas las industrias, configurando además un panorama prometedor de cara al próximo ciclo. Los reacomodamientos económicos, como la reducción de factores de distorsión, abren paso a un enfoque renovado en el desarrollo sostenible y competitivo. Esto resulta crucial para responder a un mercado ávido de soluciones tecnológicas, mayor eficiencia y claridad en las propuestas comerciales.
Durante los últimos años, los ajustes en el sector publicitario de medios se han centrado en proteger la rentabilidad frente a los vaivenes de la coyuntura económica, lo que ha representado un desafío para los equipos comerciales al momento de justificar y defender los productos dentro de una estructura de precios. Esta dinámica impulsó la priorización de alternativas menos consolidadas, apostando por ingresos derivados de mayores volúmenes de inventario, a costa de sacrificar calidad por cantidad.
Sin embargo, ese no ha sido el camino por el que decidimos optar. La capacidad de adaptación, responsabilidad y compromiso con los más altos estándares en Clarín, nos han permitido mantenernos entre los medios más relevantes del país, conservando el liderazgo en los segmentos de mayor poder adquisitivo e influencia, un factor fundamental para diseñar campañas publicitarias potentes.
Paralelamente, nuestra industria también atraviesa profundas transformaciones, desde la forma en que se consumen los medios hasta los criterios para medir el éxito. En este contexto, surgen preguntas clave: ¿Cómo evaluamos nuestro impacto? ¿Debe priorizarse la calidad sobre la cantidad? Por ejemplo, ¿Un clic de tres segundos tiene el mismo valor que la interacción diaria de un lector fiel?
La visión centrada en las cantidades por encima de las cualidades en las estrategias de marketing digital ha generado lo que podríamos llamar “inflación algorítmica”. Este fenómeno, impulsado por las plataformas tecnológicas, ha comprometido la precisión de los inventarios.
Por ello, en Clarín, hemos aprovechado esta transición para fortalecer nuestras estrategias de datos en la construcción de audiencias de calidad. Este enfoque ha sido central en uno de los proyectos más emocionantes que emprendimos en 2024 e involucra la aplicación de inteligencia artificial (IA), con el fin de no solo mejorar la eficiencia comercial, sino también garantizar resultados más consistentes para nuestros anunciantes.
Así, desarrollamos una plataforma que presenta avances significativos en la categorización y segmentación de públicos, combinando datos de registro con criterios de índole cualitativo. Tal optimización nos permitió desarrollar herramientas que equilibran de forma más eficiente las capacidades de nuestro equipo de ventas, no solo mejorando la precisión de las ofertas sino también consolidando nuestra posición como referentes tecnológicos en la región.
En el ámbito de la distribución de contenidos, áreas clave de nuestro negocio, la irrupción de la inteligencia artificial plantea, a su vez, debates profundos sobre el futuro de los medios. A nivel industria, hemos sido testigos de cómo las respuestas generadas por IA comienzan a sustituir los enlaces tradicionales, impactando tanto el tráfico como los modelos de monetización. No obstante, estoy convencido de que la creatividad humana es insustituible, y por eso el compromiso de ofrecer información y análisis de calidad debe seguir siendo nuestro norte en una compañía con un legado de casi ocho décadas.
De cara al 2025, los retos serán significativos, pero también lo serán las oportunidades. La creciente competencia en todos los segmentos, impulsada por una mayor apertura a las importaciones, traerá consigo un mercado con múltiples marcas pujando dentro de cada categoría. Por lo tanto, la publicidad jugará un rol esencial para diferenciarse y ganar relevancia, asistida por las innovaciones técnicas que nos invitan a retomar las bases de la comunicación publicitaria: enfocarnos en individuos reales, ofrecer contenido relevante y fortalecer la confianza de nuestras audiencias, con el objetivo de mantener el liderazgo en un mercado en constante transformación.