Lorena Forero, directora creativa en Goldfish; María Paula González, diseñadora gráfica, y María Camila Barrera, directora de cuenta, comparten su punto de vista sobre el rol de la mujer en la industria.
A pesar de los avances en la industria publicitaria respecto al rol de la mujer, aún persisten ciertos patrones que refuerzan estereotipos. En este contexto, tres voceras de Goldfish, la agencia de origen colombiano especializada en marketing de influencers, comparten su perspectiva sobre este tema y destacan la importancia de que las marcas no solo sean más conscientes de la realidad, sino que también impulsen un cambio en el panorama.
María Paula González, diseñadora gráfica en Goldfish, asegura que reforzar falsos estereotipos sobre la figura de la mujer puede dar resultados rápidos porque apela a ideas que están aún arraigadas en la sociedad conectando fácilmente con cierto público que las valida. Sin embargo, aunque puede generar contenido llamativo o fácil de entender, a largo plazo, esta estrategia daña la credibilidad de la marca, exponiéndose a “boicots”, crisis de reputación y a una desconexión con una audiencia cada vez más crítica y exigente en cuanto a la representación femenina. “Apostar por mensajes conscientes y diversos fortalece el vínculo con consumidores que buscan marcas cada vez más alineadas con sus valores”, agregó.
Por su parte, María Camila Barrera, directora de cuenta, se refirió a algunas campañas publicitarias que han desafiado eficazmente los estereotipos y han marcado una diferencia significativa en la industria. Una de ellas es “Crespas pero no enredadas” de Redken, iniciativa que no sólo lanzó su línea Acidic Bonding Curls en Perú, sino que también llevó un mensaje potente de autoaceptación.
“Por años, el cabello crespo fue visto como difícil, desordenado o poco profesional, mientras que el liso reinaba como el estándar de belleza indiscutible. Muchas mujeres crecieron creyendo que alisarse el pelo era la única opción para verse bien, cayendo en una rutina de planchas, tratamientos y productos que ocultaban su textura natural. Pero las reglas del juego están cambiando, y cada vez más marcas están apostando por celebrar la diversidad capilar”, explicó.
En este contexto, resaltó que la marca reunió a un squad de 25 influencers con historias reales sobre cómo aprendieron a amar sus rizos, mostrando que aceptar el cabello natural va mucho más allá de lo estético: es un acto de empoderamiento. “Y sí, los productos importan, pero aquí la clave fue el storytelling: la conexión emocional que generaron con su comunidad. Gracias a esta iniciativa y al hashtag #EmpoderaTusRizos, Redken cambió la narrativa del cabello crespo, dejándolo de ver como algo difícil y posicionándolo como un símbolo de identidad y personalidad. La marca impulsó una conversación sobre diversidad y autenticidad, demostrando que la belleza real es icónica”, explicó.
Con respecto a la necesidad de que las marcas logren desafiar los estereotipos de género y promuevan una representación más inclusiva y realista de la mujer en la publicidad, Lorena Forero, directora creativa en Goldfish, aseguró que la clave está en una nueva narrativa, pero sobre todo, en escuchar a las mujeres con las que de verdad buscan conectar.
Según explica, de nada sirve realizar investigaciones de mercado o estudios sobre la salud de una marca, si en el fondo los líderes de los departamentos de mercadotecnia prefieren seguir haciendo lo que siempre les ha “funcionado”. Y dice “funcionado” entre comillas porque, si realmente hubiera dado resultados, algo habría cambiado. Es imposible creer que las mujeres siguen siendo las mismas, que se conforman, que guardan silencio y que ocupan “su lugar”.
“Si queremos desafiar los estereotipos de comunicación, por coherencia, comencemos por corregir primero los de la industria: más mujeres líderes, más hombres que se decidan por contratar mujeres, más voces que sin importar su género, tengan el mismo valor”, concluyó.