En la última edición de Infobae Talks: triple impacto, se puso blanco sobre negro en las acciones que desarrollan las empresas para equilibrar la balanza social, ambiental y económica.
La historia de la humanidad ha establecido el año 1760 como el inicio de la primera revolución industrial, período donde la economía mundial comenzó a dejar de lado el modelo agropecuario y pasó a una producción y expansión de la industria textil.
Desde ese año hasta principios del siglo XXI, el modo de producir bienes fue lineal, donde se extraían materiales de la naturaleza, se producía un bien determinado y, luego de consumirlo, se descartaban los desperdicios.
Sin embargo y, según sostiene la Fundación Ellen Macarthur, este modelo económico de “extraer, producir, desperdiciar” está llegando ya al límite de su capacidad física, porque el medioambiente no soporta más.
Por esta razón se ha dado lugar a la economía circular, ofreciendo un marco de soluciones sistémicas para el desarrollo económico, abordando retos mundiales tales como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y el incremento de residuos y de la contaminación.
Con este énfasis en los beneficios para la sociedad, el cuidado del medioambiente y como una alternativa que busca redefinir qué es el crecimiento, nació el Triple Impacto.
Este concepto fue desarrollado en 2006, cuando la ONG estadounidense B Lab creó la categoría “Empresas B”, con la misión de proporcionar a los consumidores herramientas para diferenciar entre tácticas de marketing y acciones verdaderamente positivas de parte de las empresas.
Allí se puso en valor los ejes ambientales, sociales y económicos en conjunto, para medir el éxito de un emprendimiento, donde aquellas empresas que logran incorporar estos tres aspectos en su matriz productiva alcanzan un estándar de prestigio.
Para conocer en profundidad cuáles son las estrategias que llevan a cabo las empresas que trabajan en la Argentina, se realizó una nueva edición de Infobae Talks: triple impacto, espacio donde participaron L’Oréal, Movistar, Natura, Nestlé y Unilever.
La nueva belleza
Una de las innovaciones que se conocieron durante el evento es un nuevo concepto de belleza, anclado en el respeto a la naturaleza, en el que cuidarse y verse bien es parte de un todo sustentable, que pone en valor la protección de la biodiversidad y el planeta.
Con la ciencia verde como aliada y una visión de triple impacto, L’Oréal logró introducir esta filosofía en sus productos, donde además de resultar efectivos y seguros para la salud, cada consumidor está aportando al cuidado medioambiental. Es la belleza de cada uno y la del planeta, al mismo tiempo.
Mariana Petrina, directora de Corporate Affairs, Engagement and Sustainability de L’Oréal Argentina, explicó durante el evento que la empresa se transformó como industria para poder trabajar dentro de los límites planetarios y, al mismo tiempo, regenerar la biodiversidad.
“Estamos comprometidos a que el 100% de nuestros empaques sean compostables, rellenables o reutilizables; que el toda el agua que utilizamos en todos los sitios y en la composición de nuestros productos sea reciclada; que el 100% de las oficinas, centros de distribución y producción sean carbono neutrales; y que todos los residuos que generemos se puedan compostar, rellenar o reutilizar”, detalló.
Además de estos desafíos y, bajo esta visión sustentable de triple impacto, la firma creó un fondo de inversión que actualmente destina 50 millones de euros para proyectos que trabajen en economía circular, el mismo monto para financiar a ONG que trabajen con mujeres en situaciones de vulnerabilidad, y otros 50 millones de euros a regenerar la biodiversidad del planeta.
Pacto Digital
Según el último informe disponible del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) sobre el acceso y uso de tecnologías de la información y la comunicación, en la Argentina 88 de cada 100 personas usan teléfono celular y 87 de cada 100 utilizan internet.
Pero el acceso a esta tecnología es solo una parte de la ecuación, ya que se requiere además una gama importante de conocimientos para poder utilizarlos correctamente.
Sobre este punto desde Movistar informaron que vienen trabajando en hacer que la conectividad sea cada vez más inclusiva, invirtiendo en educación para mejorar las competencias digitales y cerrando así las brechas de desigualdad social.
Alejandro Lastra, director de Asuntos Públicos y Regulación Telefónica Movistar Argentina, dio a conocer el “Pacto Digital” que tiene la firma, una propuesta de articulación público-privada que crea un camino más justo, inclusivo y sostenible, en donde las personas están en el centro de la escena y son quienes dan sentido a la tecnología.
“La empresa está comprometida con una estrategia de triple impacto, donde no sólo miran la rentabilidad, sino que buscan armonizar ese objetivo con una mirada social y el cuidado del medio ambiente”, afirmó Lastra.
A través de la Fundación Telefónica Movistar, entidad sin fines de lucro que canaliza todas las iniciativas sociales de la empresa, están trabajando en diferentes aspectos como el educativo, implementando modelos pedagógicos; en la empleabilidad, desarrollando habilidades y competencias de jóvenes y adultos; y culturales, promoviendo el adecuado uso de la tecnología a través de espacios de reflexión, aprendizaje y diálogo, entre otros.
Sistema de medición
En la búsqueda de medir el impacto ambiental, social y económico, Natura dio a conocer su IP&L (P&L Integrado), una herramienta que permite medir en valores monetarios los efectos positivos y negativos del negocio sobre el capital humano, social y natural.
Paola Nimo, gerenta de Sustentabilidad Natura Argentina, afirmó que en 2014 empezaron a medir toda la parte ambiental y en 2017 la social, pero que aún no tenían un modelo de gestión integrada.
“En el 2020 lanzamos este IP&L, que es un modelo de gestión integrado de ganancias y pérdidas que nos permite medir y comparar en valores monetarios los impactos sociales, humanos y ambientales en una misma plataforma”, detalló.
A modo de ejemplo, Nimo aseguró que por cada real que tienen por una venta, están generando un valor social de dos reales, o sea, lograron duplicar el valor en la sociedad de lo que obtienen comercialmente.
Cabe destacar que desde el año 2000, Natura firmó un compromiso con la Amazonia, para preservar la naturaleza, desarrollar a las personas, valorar la cultura y disminuir la deforestación en uno de los pulmones más importantes que tiene el planeta.
De la tierra a la góndola
Otro de los casos de éxito que se pudieron conocer durante la jornada de Infobae fue el de Nestlé, quien pudo condensar en un solo producto todo este trabajo de triple impacto.
Verónica Rosales, directora de Comunicaciones y Asuntos Públicos y Líder de Sustentabilidad Nestlé, contó durante el evento que bajo el compromiso de la empresa de ser cada día más sustentable, nació la primera leche orgánica de la Argentina.
Este producto combina el aspecto social, entendiendo las nuevas exigencias de los consumidores; el valor nutricional que aporta la leche y el calcio a la salud; la dimensión productiva primaria, ya que requirió del trabajo asociado de los productores agropecuarios que debieron modificar sus procesos; el plano ambiental, con la eliminación del uso de agroquímicos y, en consecuencia, menor emisión de gases de efecto invernadero; y el económico, dado que por el momento, es un producto único en la góndola.
“El año pasado la empresa publicó nuestra promesa de sustentabilidad. Allí nos comprometimos a desarrollar sistemas alimentarios regenerativos a gran escala. Esta regeneración implica fomentar prácticas agrícolas que tengan en cuenta la salud del suelo, la fertilidad, la biodiversidad, secuestrar carbono y proteger los recursos naturales, como el agua”, afirmó Rosales.
“El caso de éxito que ejemplifica esta filosofía es nuestra leche orgánica que, basado en esta agricultura regenerativa, implicó trabajar con 17 tambos y reconvertir esas producciones para cumplir con todos los estándares internacionales de producción orgánica, que incluye cuidar el ecosistema del tambo, respetar el comportamiento natural de las vacas y no usar agroquímicos ni pesticidas”, amplió.
Además de este producto, Nestlé fijó metas concretas para el 2025, donde esperan que el 100% de sus envases sean reciclables o reutilizables; y para el 2050 planean llegar a tener cero emisiones netas de gases de efecto invernadero.
Crecimiento sostenible circular
Para que exista este equilibrio ambiental propuesto por la economía circular, es condición sine qua non que una empresa tome la decisión de desarrollar y producir sus bienes bajo este modelo, ya que es en las etapas de diseño y concepción de un producto o servicio, donde se define la suerte que correrán insumos y materiales hasta el final de su vida útil.
En este sentido, Unilever se comprometió a trabajar bajo este sistema, contribuyendo en gran escala al cuidado del planeta.
“Todo lo que hacemos desde la empresa y, los compromisos que asumimos, es dejar de pensar en el plástico como un desperdicio y comenzar a reinsertarlo en la economía para que sea un recurso nuevo”, aseguró Natalia Giraud, gerente de Asuntos Corporativos Unilever Argentina.
“El primer compromiso que asumimos es reducir a la mitad el uso de plástico virgen, porque de esta manera cada vez introducimos menos plástico a la cadena de comercialización. Para fines de este año el 20% del plástico virgen va a ser reemplazado por plástico reciclado de origen nacional”, informó Giraud.
Como parte de esta estrategia circular, Unilever tuvo que desarrollar el mercado del plástico de alta densidad (HDPE), ya que en la Argentina no existía una empresa que se dedique a reciclar estos envases.
“Invertimos en la infraestructura y tecnología necesaria para que ese plástico hoy en día deje de ser un desperdicio y vuelva como insumo a la cadena productiva, para crear un nuevo envase”, aseguró la especialista.
Actualmente el 44% de los envases que la empresa ofrece al consumidor están hechos de este tipo de material de alta densidad y el caso emblemático es el del jabón líquido para diluir y lavar ropa (Skip y Ala) lanzados en 2020, que son las primeras botellas de consumo masivo en producirse 100% a partir de HDPE reciclado.