Compartimos una columna de opinión escrita por Daro González y Rafa Quijano, Directores Generales Creativos de Wunderman Thompson, quienes abordan este tema.
La creatividad y la innovación son dos conceptos intrínsecamente relacionados. En los últimos meses, las innovaciones parecen surgir como un fenómeno casi mágico, algo que de pronto pasa a nuestro alrededor sin que sepamos de dónde salió o (digámoslo) si hay algún truco raro detrás. De pronto un día, “puf” aparece una inteligencia artificial capaz de generar imágenes en cuestión de segundos. Al otro, “puf” aparece un Chat GPT que te redacta mails y hasta te arma presentaciones. Despertándonos preguntas de dónde va a terminar todo esto.
La creatividad comparte ciertos aspectos intangibles y, a veces, incluso mágicos. La diferencia radica en que la creatividad es la mejor herramienta que tenemos para aprovechar al máximo las innovaciones, darles un sentido diferente, potenciarlas y, con un poco de suerte, hacerlas evolucionar. Una innovación es tan maravillosa como el uso que le demos, lo que le da a la creatividad un lugar clave en la actualidad.
En Wunderman Thompson la innovación es parte de nuestro ADN y, por ende, nuestros trabajos siempre se enfocan en esa dirección. Pero no es que forzamos el uso de cuanta nueva tecnología o IA aparezca, el verdadero foco siempre está en las ideas, por eso ante todo intentamos fomentar la creatividad. Porque tenemos en claro que podemos tener ideas brillantes sin innovación, pero no hay innovación sin creatividad.
A ver, parece casi obvio hablar de “fomentar la creatividad” desde nuestro lugar y nos sentiríamos un poco falsos gurús si sugiriéramos que hay recetas mágicas para estimularla.
Pero a lo largo de los años, sí aprendimos que la creatividad se potencia cuando se fomentan ciertos aspectos en el equipo: la colaboración entre distintas áreas de la agencia, el análisis de los trabajos anteriores (sean nuestros o no), un ambiente de trabajo ameno, una buena dinámica interpersonal y, sobre todo, la confianza para cometer errores, entendiendo que estos forman parte del proceso. La creatividad no fluye cuando se trabaja con miedo al error, y mucho menos se llega a un resultado innovador. Después es cuestión de tener un rumbo claro y rodearse de personas talentosas y comprometidas. No hay mayores secretos que esos.
En un mercado saturado de oferta, el rol de la comunicación es ayudar a las marcas a destacarse de sus competidores. Cuando las marcas necesitan llamar la atención, lo mejor no es gritar más fuerte ni hacer más ruido, sino hablar de manera más efectiva. Decir algo diferente y de una forma innovadora. Ahí es donde la creatividad y la innovación confluyen. Donde pueden transformar a las marcas en temas de conversación, lograr que sean relevantes.
Y esto no aplica solamente a la comunicación. Involucrarnos desde cero en el desarrollo de productos y servicios también es fundamental en la diferenciación de las marcas frente a sus competidores.
En Wunderman Thompson, nos enfocamos en innovaciones de productos, aunque sabemos que este camino requiere tiempo y la participación de muchas personas. Pero nos encanta, porque se trata de aplicar la creatividad a una necesidad específica del consumidor. Es difícil, pero cuando se logra, el reconocimiento y la satisfacción de ser parte de la vida de las personas de una manera concreta son enormes.