Ya está disponible la aplicación que prioriza las preferencias de cada trabajador a la hora de trabajar.
La pandemia -con su consecuente necesidad de aislamiento social- supuso una explosión de teletrabajo, en particular mediante la modalidad del home office, que a su vez desnudó toda una serie de problemas asociados al desempeño de las tareas desde el hogar: problemas de conectividad, falta de espacios adecuados, la desacostumbrada coexistencia de las rutinas familiares con las laborales, entre otras cosas.
En este contexto, tres emprendedores argentinos se anticiparon al futuro de lo que se proyecta como una parte esencial de la ‘nueva normalidad’ post pandemia y comenzaron hace dos años a desarrollar benomad, una startup que acaba de desembarcar en el ecosistema emprendedor y cuyo propósito es que profesionales independientes, freelancers, estudiantes y empresas que quieran darle una mejor experiencia de trabajo a sus equipos, puedan elegir los mejores espacios donde desarrollar adecuadamente sus actividades.
La propuesta es que puedan hacerlo de entre un vasto menú de opciones contenidas en una aplicación donde, por geolocalización, seleccionen sitios especialmente acondicionados en, por ejemplo, hoteles, bares y restaurantes de calidad.
Y que todo sea por una accesible membresía a partir de la cual dispongan de lugares confortables, con alta conectividad y en función de sus necesidades de cercanía y comodidad, sea la propia o la de las personas con las que necesiten interactuar, durante el tiempo que lo necesiten.
La aplicación de benomad tiene, además del buscador, reseñas de los espacios que integran la red, la posibilidad de suscribirse a las distintas membresías y hacer reservas y el acceso a las calificaciones que cada usuario deja tras utilizar un espacio.
La startup ya tiene firmado acuerdos con espacios premium ubicados en CABA, GBA, La Plata y la Costa Atlántica (Sheraton, Paseo La Plaza, Miravida Soho Hotel, Selina Palermo, Patios de San Telmo, Paesano La Plata, Hotel Days Inn La Plata, etc.) y prevé ir creciendo a nivel nacional en el 2021.
El servicio ofrece distintos tipos de membresía de acuerdo al perfil de usuario: Corporate (B2B); Flat (sin límite de uso) y hasta una opción ultra flexible de membresía temporal, por hora.
“La idea es que sea más caro no tenerlo que tenerlo”, grafica Pablo Di Filippo, CEO de la compañía.
El equipo fundador de benomad, que inició con una primera ronda de inversión en la que obtuvo fondeo por u$s 150.000, está integrado, además, por Pablo Alemán, como COO y Alan Packer, tercer cofundador y advisor.
Di Filippo y Alemán se conocieron hace varios años en Telecom y confluyeron luego en WOP, agencia de marketing digital con presencia en la Argentina y en España. Entre los clientes de WOP estaba y está aún Hausler, empresa dedicada al servicio de alquiler de cajas de seguridad privadas y salas de negocios seguras, una de las exitosas startup fundadas por Packer, quien a su vez es fundador de otro emprendimiento de impacto, Pronto Wash, especializada en lavado ecológico y con franquicias en 30 países.
“benomad nace con un fuerte componente colaborativo. Se trata de conectar la necesidad del usuario, que podrá trabajar donde lo necesite en el momento en que lo necesite y con las condiciones de confort y operatividad que se adapten a sus cambiantes requerimientos, con las de los owners de bares y restaurantes que obtendrán mayor volumen de ventas en tiempos ociosos, ingreso de nuevos clientes por pertenecer a la comunidad benomad, mayor visibilidad y exposición de su marca e instalación WiFi de alta velocidad como elemento diferenciador a cargo de la aplicación”, explica Di Filippo, quien es licenciado en Administración de empresas en la UBA, con especialización en Marketing en San Andrés y especialización en Negocios y Finanzas en el IAE.
Di Filippo tiene 42 años, es casado, con dos hijos de 10 y 13 años y es nómade de alma: tras haber nacido en Rawson, Chubut, migró siendo pequeño con su familia a España. Tiene, incluso, hermanos nacidos en ese país, al que regresó para desempeñarse en el banco Santander, para luego retornar a la Argentina.
“Los tres pilares clave diferenciales de nuestra propuesta son, por un lado, los lugares, confortables, tranquilos, ubicados en puntos estratégicos y adaptables a la necesidad de trabajar remoto, solo o en equipo, con posibilidad de tener reuniones y eventos de trabajo, con colaboradores o con clientes; por otro lado, la conectividad, que es de excelencia, robusta, y que nosotros proveemos como parte del diferencial de la propuesta más el soporte técnico; y por último, el beneficio económico a través de membresías accesibles y por los descuentos en los consumos y en los amenities que el usuario consigue por formar parte de la comunidad”, detalla Di Filippo.
Todos ganan
“A los dueños de los bares y restaurantes no se les cobra nada por formar parte de la comunidad y tienen el beneficio, entre otros, de monetizar espacios que quedan ociosos en determinados momentos del día, como puede ser la cafetería de un hotel que queda vacía después del desayuno, o reacondicionando habitaciones que no se cubren en determinados momentos, o el espacio de un restaurante que se vacía entre el almuerzo y la cena”, señala Packer.
“La apuesta es que sumen nuevos clientes que no son los tradicionales que se hospedan en el hotel o que comen en el restaurante y que conforme a todas las oportunidades que brinda el espacio puedan hacer uso de las mismas, generando mayor movimiento económico al lugar”, agrega y completa: “Para las empresas, el beneficio es que a través de nuestra plataforma puedan darle flexibilidad y una mejor experiencia de trabajo remoto a sus empleados, al tiempo que obtienen una disminución en sus costos por alquiler o mantenimiento de sus oficinas”.
“Nuestro modelo es verdaderamente win win”, apunta Packer, quien también lleva el nomadismo en la sangre: nació en Brasil, país al que llegaron, previo paso por Bolivia, su papá polaco y su mamá alemana. En los 70 su familia recaló en la Argentina y él, por temas laborales, volvió a vivir en Brasil, desde donde regresó a la Argentina. Con 58 años, un hijo biólogo marino viviendo en Israel, una hija ingeniera industrial, también tiene trayectoria corporativa: estuvo en Andersen Consulting, Banco Mayo y CitiBank. Le gusta el fútbol y se define como buen nueve de área, una pasión que comparte con Pablo Alemán, a quien, en cambio, le cae mejor el mediocampo, en especial el puesto de 8.
“La forma de trabajar, el dónde y el cómo, han evolucionado en los últimos 10 años mucho más que en los 50 años anteriores. Hoy una gran parte de la fuerza laboral trabaja en movimiento”, subraya, por su parte, Alemán, quien es platense, fanático de Estudiantes y es capaz de ir a cualquier lado siguiendo a una banda de rock.
También sabe lo que es ser nómade, ya que recorrió Europa como mochilero durante todo un año y conoce, además, lo que es ser un profesional móvil. Fue parte del armado y desarrollo de las operaciones de Arcor, en San Pablo, Brasil y vivió en Villa Totoral y Colonia Caroya, con puestos clave en esas localidades cordobesas.
Pablo Alemán es ingeniero electrónico de la Universidad de La Plata, con especialización en Servicios Tecnológicos de la Universidad de San Andrés y especialización en Alta Dirección de la Universidad Torcuato Di Tella.
La cuarentena por el covid-19 no inventó el teletrabajo sino que aceleró y acentuó tendencias que ya estaban presentes: en 2019, una encuesta de Buffer, empresa de software de administración de medios sociales, determinó que el 99% de los consultados señaló que quisiera trabajar de manera remota al menos una parte de su tiempo durante el resto de sus carreras. Otro estudio, en este caso de GetApp, estimó que la cantidad de personas que trabajan de forma remota al menos una vez por semana creció un 400% desde 2010. Para completar el panorama, un análisis de Boston Consulting Group (BCG) estableció que el teletrabajo puede incrementar la productividad entre un 15% y un 40%; reducir el ausentismo laboral en un 40%; reducir las sustituciones de personal entre un 10% y 15%; así como suponer una disminución de costos de más del 20% en alquileres y recursos.
“Ha cambiado el paradigma. Desde el inicio donde el núcleo del trabajo se concentraba en una oficina, al home office, pasando por el coworking y, finalmente, hoy llega benomad bajo el concepto: ’trabaja desde donde quieras’; que está centrado en el usuario y donde el lugar de trabajo lo elige uno mismo, en base a sus experiencias, necesidades, gustos o cercanía”, concluye Di Filippo.