En entrevista con INSIDER, Ignacio Stagnaro, director comercial, y Dieter Spangenberg, director de fraude de Koin, comparten cómo la fintech está redefiniendo los estándares de prevención en América Latina, con especial atención en un mercado complejo y desafiante como el mexicano.
El crecimiento del comercio electrónico se acompaña, inevitablemente, de riesgos asociados al fraude. Contar con herramientas que aseguren la protección sin sacrificar la experiencia del consumidor es más que una necesidad: es una urgencia estratégica.
“Koin es una fintech que brinda soluciones de pagos en toda Latinoamérica. Nuestro principal producto hoy es el antifraude”, detalló Ignacio Stagnaro, director comercial.
Con más de 10 años de experiencia, presencia en más de 15 países y una operación centrada en e-commerce, Koin se presenta como un actor clave en la lucha contra el fraude digital, al mismo tiempo que busca elevar las tasas de aprobación de transacciones legítimas. “Nos enfocamos en subir la aprobación y bajar el fraude, maximizando los beneficios de cada negocio”, puntualizó.
Lo que diferencia a Koin de otros proveedores es su capacidad de ofrecer una solución integral: “Además del servicio antifraude, damos una solución all-in-one porque estamos conectados a todos los proveedores de pagos y adquirentes de la región. Entonces, cuando un cliente viene, le podemos dar la solución de pagos y antifraude todo en una misma integración”, explicó Spangenberg. Este modelo, destaca, elimina la complejidad de manejar múltiples integraciones y simplifica radicalmente el flujo de trabajo para los comercios.
México: mercado estratégico
Uno de los focos actuales de la compañía es México, un país donde el fraude online se ha convertido en un reto mayor: “El promedio de fraude en Latinoamérica es de 1.9, pero México alcanza el 2.8, lo que lo posiciona como uno de los más altos junto con Brasil”, reveló Spangenberg. Esta situación obligó a la compañía a desarrollar modelos de machine learning específicos para el país, con un enfoque en el enriquecimiento de datos a partir de fuentes externas y el diseño de algoritmos pensados para el consumidor mexicano.
La experiencia adquirida con clientes estratégicos como Despegar o Best Day ha sido esencial para afinar estos modelos: “Eso nos ayuda a entender mucho mejor el comportamiento de los clientes”, indicó Stagnaro al añadir que “en México hay una dualidad de documentos de identidad que complica la identificación del comprador. Por eso trabajamos con una identificación silenciosa, basada en la identidad digital y el comportamiento del usuario”.
Esta sofisticación algorítmica es vital para enfrentar un dilema habitual en el comercio electrónico: el balance entre protección y fricción: “No sé si te ha pasado alguna vez de querer hacer una compra y que la tarjeta te sale rechazada. Vos sos una consumidora real, querés hacer una compra real, pero la fricción generada por los controles antifraude impide que se concrete”, reflexionó Spangenberg.
“Lo que hacemos es entender el comportamiento positivo del consumidor dentro de cada e-commerce, y enfocarnos en que ese comportamiento tenga la menor cantidad de fricción posible”, aseguró. El objetivo es claro: facilitar el camino del comprador legítimo y obstaculizar el del defraudador: “Cuando el comportamiento no es habitual o positivo, ahí sí le ponemos fricción. Entonces, el consumidor que realmente quiere hacer la compra, la puede hacer sin tanto problema. Pero el que quiere hacer contracargos se encuentra con muchos desafíos”.
Pero el impacto de Koin se mide en resultados tangibles, pues según datos recientes de la compañía, mientras el promedio de chargebacks en México es de 2.8, el modelo más reciente lanzado por Koin ha logrado reducir esa cifra a 0.10, con una tasa de aceptación de 98%. “Este modelo trae una mejora de rentabilidad enorme para nuestros clientes. Y justo ahora, de cara al Buen Fin, es el momento ideal para aplicarlo y potenciar el negocio”, destacó Stagnaro.
El valor de la tecnología
Más allá del antifraude, Koin también aporta valor desde su robusta base de datos, construida a lo largo de una década. Esto permite calibrar sus modelos con un grado de precisión que reduce los falsos positivos, evitando el rechazo de transacciones legítimas y mejorando la rentabilidad del comercio.
El enfoque de Koin se basa en una premisa fundamental: la tecnología es un arma de doble filo. “La tecnología la usan los defraudadores y también nosotros. Por eso, la innovación tiene que ser continua, para estar al menos a la altura de estas personas o redes que se dedican al fraude”, comentó Spangenberg. En este sentido, el equipo está en constante evolución, actualizando sus modelos de inteligencia artificial y aprendizaje automático con el objetivo de detectar nuevas tácticas fraudulentas y anticiparse a ellas.
Para el cierre del año, Koin no solo se propone seguir innovando, sino también acelerar su expansión: “Tenemos el objetivo de triplicar nuestra operación en México. Es un objetivo ambicioso, pero estamos listos para lograrlo”, concluyó Stagnaro.