Las 5 necesidades de los nuevos usuarios de servicios financieros en México

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Hoy en día, las personas deciden de manera informada y, debido a la pandemia, buscan más que nunca una banca ágil, móvil, personalizada y segura.

El Informe de Banca Digital en México 2020 de Finnovista y FintechExpert detectó que en México hay 39 entidades bancarias que ya implementan 182 herramientas digitales, para ofrecer mejores experiencias de banca online a los usuarios de servicios financieros; no obstante, solo cuatro abarcan 38% de dichas soluciones; “un probable indicador de que la adopción tecnológica en el sector aún no es prioridad, pese al contexto o bien, de falta de recursos”, señaló René Saúl Farro, CEO y Co-fundador del único SmartBank de México, Kapital.

Adicionalmente, es posible que aún no se tenga clara visibilidad de las necesidades que el mercado va requiriendo, a decir de Saúl Farro, pues el universo de estos clientes, además de extenso, es sumamente heterogéneo, más exigente y bien informado.

Por ello, es necesario enlistar algunas de esas necesidades que ya deben ser atendidas de manera prioritaria por aquellas instituciones que aún no se atreven a sumar más innovación a sus procesos para que, así, se mantengan competitivas. Bajo la perspectiva de Kapital, hoy el usuario mexicano de servicios financieros necesita:

1.- Contar con varias alternativas de pago móvil y remoto. Debido a que 6 de cada 10 Pequeñas y Medianas Empresas (PyMEs) en la pandemia se vieron obligadas a migrar sus operaciones al ecosistema digital; lo que significa un 94.6% más en comparación con 2019, de acuerdo con la Asociación Mexicana de Ventas Online (AMVO).

Sin mencionar que la tendencia de pagos CashLess va a la alza, por el riesgo latente que representa el contacto directo con el dinero, de modo que el desarrollo de aplicaciones móviles, sistemas de carteras electrónicas, transferencias electrónicas, etc., ya es indispensable.

2.- Tener acceso a productos financieros personalizados. Un rubro en el que soluciones como el Big Data y las Interfaces de Programación de Aplicaciones (APIs, por sus siglas en inglés) para el Open Banking, son las habilitadoras por excelencia. Los bancos deben plantearse acuerdos con desarrolladores de tecnología financiera para evitar los gastos excesivos que implica el desarrollo de sistemas desde cero.

Mientras que el Big Data permite el conocimiento profundo del usuario de esta clase de servicios almacenando, interrelacionando y analizando todo lo relativo a sus hábitos financieros, con las APIs para Open Banking las instituciones de ahorro y crediticias acceden a la información bancaria de los clientes potenciales para crear productos altamente personalizados: por ejemplo, el diseño de créditos a medida de cada persona, según sus capacidades de pago, sus esquemas de ahorro y hasta de inversión con base en sus ingresos.

3.- Tener control de ingresos y egresos en un solo sitio. Desde poder pagar todos sus servicios básicos como luz, gas, internet, etc., hasta solicitar créditos automotrices, hipotecarios, de nómina, hacer inversiones, transferencias y compras, entre otras muchas actividades financieras, tan solo por tener una cuenta con determinada institución.

4.- Un sistema financiero más incluyente. Aquellas personas que a pesar de contar con un empleo, no pueden comprobar sus ingresos, no son en ocasiones consideradas como candidatas para créditos o préstamos; no obstante, eso no significa que no puedan pagar; de modo que, a través de procesos simplificados y análisis de información de sus patrones de pago en plataformas como Uber, por ejemplo, sería posible incluirlos al sistema financiero, aún sin historial crediticio.

5.- Mejores experiencias y seguridad. Inducidas por aplicaciones y plataformas intuitivas y ágiles, con un acompañamiento constante de excelente servicio al cliente. Además del respaldo de entidades como el Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB), cuya misión conocida es la de proteger el ahorro de los usuarios y que ya respalda a algunas fintechs como Kapital.

En este apartado, también es preciso que las instituciones financieras 100% digitales “busquen el respaldo de la Ley que regula las Tecnologías Financieras o Ley Fintech, pues de este modo, la información sensible de sus clientes estará debidamente protegida, un plus que el usuario de servicios financieros apreciará ampliamente y que sin duda, considerará un diferencial”, finalizó René Saúl Farro.

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